La Lengua Camiare

El apelativo «comechingón» parece ser la deformación de una palabra peyorativa que les daba la etnia salavinón -o sanavirona- que hacia el siglo XV, procedente del interfluvio río Dulce-río Salado (actual Provincia de Santiago del Estero), invadía los territorios ancestrales de los henîa-camiare.

Los Comechingones


publicado en Revista Camiare nro. 11

Foto del Parque temático Yucat en Merlo, San Luis.
Los Comechingones fueron los primitivos habitantes de esta región. Habitaron refugios naturales y casas semi-subterráneas en la falda oriental y occidental de las sierras denominadas de los Comechingones desde la zona del Cerro Champaqui al norte hasta el sur en La Punilla.
El apelativo «comechingón» parece ser la deformación de una palabra peyorativa que les daba la etnia salavinón -o sanavirona- que hacia el siglo XV, procedente del interfluvio río Dulce-río Salado (actual Provincia de Santiago del Estero), invadía los territorios ancestrales de los henîa-camiare. Los sanavirones los llamaban «kamichingan», que en idioma salavirón parece haber significado 'vizcacha' o 'habitante de cuevas', esto debido al tipo de vivienda semisubterránea de los henia-camiare.


Comechingón palabra híbrida que significa "Serranías con muchos pueblos"
CAMI (Sierra)   CHIN (pueblo)  GON (plurazicación quechua)
Algunos consideran la traducción de Comechingón como "hombre de las cuevas"

Ubicación geográfica
Los Comechingones habitaron la zona que abarca desde Cruz del Eje hasta Achiras (en la Provincia de Córdoba) y desde Piedra Blanca en Villa de Merlo hasta La Punilla (en la Provincia de San Luis).

Lengua
El grupo del norte hablaba el henia y el grupo del sur el dialecto CAMIARE
CAMIARE es un dialecto, es comunicación ... encuentro, orientación, armonía, bienvenida.

Vocabulario aborigen en la lengua Camiare:
ANTA-TICA: Cerro lindero
AYLLOS: Viviendas de los Comechingones
AYLLU: Parcialidad de indígenas
NAVE, NAVIRA: Cacique
LUIMIN: Pescado
LOLMA: Algarrobal
CHELCOS: Lagartijas
MANQUE: Jote, especie de buitre
CAMIARE: dialecto que hablaban los aborígenes Comechingones del sur
CHUMAMAYA: Río bravo
PISCU YACO: aguada de los pájaros



Muestras del Pasado


Conanas en Valle Traslasierra, Cba.
La costumbre de vivir en abrigos naturales como grutas y aleros más la construcción de casas semisubterráneas, utilizando paja y madera, demuestra que los comechingones fueron sedentarios.
Cerca del Arroyo de Piedra Blanca, un altar incaico es el referente del paso del indio por esta región.
Conanas y morteros en Papagayos, El Talita y en Los Lobos; en la Quebrada de Cautana instrumentos líticos (piedra) como puntas de flechas y hachas son muestra de la vida del hombre así como también las cuevas naturales y aleros con pictografías en parajes serranos y del valle.

Características
Se distinguían por ser altos, morenos y barbados como los huárpidos del sur; tenían la cabeza un poco alargada como los diaguitas.
Tanto hombres como mujeres usaban flequillo y se trenzaban el pelo.

Vestimenta
Vestían un delantal largo atado con una faja en la cintura y adornaban el pelo con una vincha de lana con dibujos; en invierno se abrigaban con una túnica de lana de llama como poncho cosido a los costados y una manta sujeta con un prendedor de cobre también usaban un cubre nuca de lana que caía hasta los hombros. Calzaban ojotas de fibra vegetal trenzada. Los caciques, guerreros y chamanes usaban trajes de cuero.

Viviendas
Vivian en casas semi-subterráneas con techo de paja o en cuevas serranas naturales. Utilizaban fogones para cocinar y calefaccionar.
Una muestra de estos refugios naturales son las grutas de Inti Huasi. En Piedra Pintada (Villa Dolores, Córdoba) dejaron sus huellas en pinturas rupestres

Economía
Eran recolectores de algarroba y chañar. Cazaban ciervos, vizcachas, guanacos, zorros, hurones, liebres e iguanas. Algunos pescaban en ríos y arroyos con redes hechas con fibras naturales.Construyeron represas y acequias para regar los cultivos de maíz, porotos, zapallos y papas.

Cultura
La cultura comechingona poseía indudables influjos de procedencia andina, practicando la industria textil con lanas de auquénidos, cestería, metalurgia y cerámica o coroplastia medianamente elaborada. Eran sedentarios, cazadores-recolectores (en especial de bayas de algarrobo criollo y otros frutos: molle, piquillín, chañar y "coco" -de la palmera caranday-) así como horticultores de papas -patatas-, maíz, zapallo, porotos, quínoa), eran también poseedores de una incipiente ganadería y avicultura al poseer grandes rebaños de llamas y críar gallináceas como las pavas de monte, aunque su dieta en parte provenía de la caza.
Se estima que los comechinghones tenían una influencia relacionada con los astros, se realizaban ceremonias adorando los astros, los equinoccios y los solsticios, ceremonias de luna llena, dichas ceremonias consistían en un agradecimiento a la pachamama por los alimentos recibidos, por la salud de los habitantes de la etnia, también realizaban algunos cánticos, se armonizaban con algunos instrumentos musicales construidos por ellos como caja o tambor y ocarina o un elemento similar con un significado de expresión, respetaban las aves principalmente al cóndor y el águila.
Muchos antropólogos tienden a considerar a los hênia-kamiare como un conjunto muy diferenciado del grupo huárpido. Dos rasgos de los comechingones que más han llamado la atención son su aspecto caucasoide (los varones eran barbudos ya en la pubertad), sus tallas relativamente elevadas para su época (aproximadamente 1,71 cm en los varones), y la existencia de una frecuencia de quizás el 10% de individuos de ojos verdosos.
Aunque los estudios revelan un predominio huárpido (al parecer el más antiguo), en la etnogénesis de este pueblo, a lo largo de miles de años, influyeron también linajes pámpidos, ándidos e incluso amazónidos, esto se explica por la ubicación geográfica de su territorio, que era la encrucijada de las diversas corrientes poblacionales prehistóricas del territorio que hoy es Argentina.
El otro rasgo llamativo fue el de sus viviendas: casas de piedra, colectivas y semisubterráneas para soportar mejor los fríos (hasta las caídas de nieve) del invierno meridional.
Es de tener muy en cuenta que los hênia-kamiare o "comechingones" poseían su propio idioma, aunque actualmente en el territorio que habitaban abunda la toponimia en runa sini o quechua; esto debido a que los conquistadores españoles desde el s XVI impusieron el runa sini (dialectizado) como "lengua general" para comunicarse con las muy diversas etnias aborígenes ubicadas en el Cuyo, Córdoba, Santiago el Estero, y Noroeste Argentino.
Poco se sabe de sus cultos, las crónicas relatan que "adoraban" particularmente a la luna y que quizás por este motivo es que preferían combatir de noche, lo evidente es que poseían varios centros cultuales o santuarios en los cuales se congregaban, de tales centros cultuales los actualmente conocidos son sitios caracterizados de la geografía: cerros elevados, manantiales de aguas limpias, grutas y "quebradas" en las cuales se apreciaban de un modo especial los astros. Entre sus cerámicas llaman la atención las "toscas" estatuillas que representan a mujeres y varones, tales estatuillas tienen un aspecto muy estilizado, sin embargo se descubre su "sexo" al estar destacadas las partes que representan a los genitales, otra característica de muchas de las estatuillas: el resaltado de los glúteos, ha dado lugar a un equívoco: el suponer que la esteatopigia era común entre los henia-kamiare, sin embargo la existencia de esteatopigia ha sido infrecuente o rara en esta población; la explicación es otra, del ámbito simbólico: el resaltado en la representación de genitales y nalgas en las estatuillas muy probablemente se ha debido a una práctica de "magia simpática" relacionada a los cultos de fertilidad.

Organización Social
Como otros pueblos precolombinos del actual territorio argentino, en el siglo XVI los "comechingones" se hallaban organizados en jefaturas y (debido a la acumulación económica y de poder) en señoríos: hacia el 1100 a.C el ámbito "comechingón" se encontraba habitado por comunidades productoras de moderados excedentes alimentarios, estas comunidades se asentaron en las zonas más fértiles y menos frías, es decir, principalmente en el fondo de los valles. Los cultivos solían ubicarse en tales sitios mientras que la cría de llamas implicaba una pastoricia hacia regiones más elevadas. Pese a la constitución de un completo modo de producción agrícola, los "comechingones" mantuvieron siempre paralela y complementariamente un modo de producción cazador-recolector. Esto y los accidentes de terreno significaron que hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI los "comechingones" poseyeran una mayor fragmentación política que las etnias de las llanuras, lo cual facilitó la tardía aunque veloz invasión sanavirona. Si tal fragmentación política de señoríos y cacicazgos en pequeños territorios facilitó la expansión invasiva de los sanavirones, mucho más facilitó la conquista española que estableció una "pax hispánica".

Etnogénesis
Quizás los hênia-camiare remonten sus orígenes a la cultura Ayampitín milenaria (al menos existente desde el 6000 a.C) cultura arqueológica que ha dejado rastros hasta en Tarija, pero, por el momento (diciembre de 2006) no existen datos que permitan decir con certeza plena que la cultura Ayampitín (nombre de un sitio del noroeste cordobés) sea correspondiente de un modo absoluto a un "momento formativo" de la etnia de los hênia y kamiare o "comechingones".
Casi con certeza la llamada Cultura Ongamira que comprendia Ongamira, Quebrada de la Luna (los Terrones);cerro Minas, cerro Colchiquin surgida hacia el 4600 a. C. es precedente directo de la cultura comechingón, aunque recién se puede hablar de una cultura comechingón en el período que va del 500 al 1600 d.C diluyéndose esta cultura con la criolla-española tras el s XVI (uno de los últimos asentamientos con una cultura "comechingona" típica se ubicó en la localidad de Nono hasta el 1750, tras 1600 corresponde hablar de una cultura "comechingón"-española.

Vestimentas y adornos
Las ropas de los hênîa-câmîare evidencian el influjo ándido: vestían poncho, chiripá y ojotas, durante los inviernos añadían a su ropaje "chalecos" de lana y prendas de cuero. Los varones solían adornarse con pequeñas placas alargadas y chatas de metal (cobre, plata y oro) llamadas "chákiras" que pendían de sus cabelleras.
Las mujeres se perfumaban con el jugo de un fruto al que llamaban suico y se adornaban con caracolas pintadas.


Fuente:   REVISTA CAMIARE N° 11

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