Pensar, ¿un lujo?
Cuando era una niña, en la década de 1980, mis padres me enviaron a una escuela Waldorf en Inglaterra. En esa época, la escuela desaconsejaba a los padres que permitieran a sus hijos ver demasiada televisión y, en cambio, les decían que hicieran hincapié en la lectura, el aprendizaje práctico y jugar al aire libre. En aquel momento me molestó esta restricción. Pero quizá tuvieran razón: hoy no veo mucha televisión y sigo leyendo mucho. Sin embargo, desde mi época en la escuela, se ha impuesto una forma de tecnología mucho más insidiosa y tentadora: internet, sobre todo a través de los teléfonos celulares. Hoy sé que tengo que guardar el teléfono en una gaveta o en otra habitación si necesito concentrarme durante más de unos minutos. Pensar se está convirtiendo en un lujo 30 de julio de 2025 Por Mary Harrington Harrington es una periodista radicada en el Reino Unido. Desde que hace aproximadamente un siglo se inventaron los llamados tests de inteligencia, hasta hace poco, las puntuacion...