Los ritos mortuorios - Origen

El origen de los ritos mortuorios en Europa y Asia
Viernes, 15 marzo 2013

fuente: http://noticiasdelaciencia.com/not/6641/el_origen_de_los_ritos_mortuorios_en_europa_y_asia/

Varios cambios en la conducta de los humanos primitivos marcaron su transición desde lo que podríamos definir como bestias hacia lo que podríamos definir como personas. Los más conocidos de esos cambios fundamentales fueron aprender a caminar sobre dos patas, descubrir cómo usar el fuego, inventar el lenguaje, pintar las primeras obras de arte rupestre, y fabricar la primera hacha de sílex. Pero hay otro que quizá también tuvo su importancia evolutiva para nuestros ancestros: Sentir la necesidad de rendir culto a sus difuntos, lo que debió coincidir con sus primeras reflexiones filosóficas sobre la vida y la muerte.
Se sabe que animales de gran inteligencia, como el elefante, son capaces de recordar, ante el esqueleto de un familiar o compañero reposando en el mismo lugar donde le vieron morir, la identidad que tuvo en vida, y mostrar tristeza.
El inicio de los ritos fúnebres pudo ser por tanto una huella de esa fascinante evolución en el intelecto humano. Pero ¿cuándo y cómo comenzaron los rituales funerarios? No es fácil averiguarlo, porque incluso en tiempos modernos, hay grandes diferencias entre las culturas del mundo a la hora de ocuparse de un ser querido que acaba de fallecer.
Una nueva investigación realizada en Eurasia por especialistas de la Universidad de Colorado en Denver y la Universidad Estatal de Arizona muestran que las prácticas de enterramiento humano más antiguas conocidas en Eurasia variaron mucho, con algunas tumbas fastuosas y muy ornamentadas, mientras la inmensa mayoría era bastante simple.

Hombre enterrado en una tumba paleolítica. Sunghir, Rusia



El estudio, llevado a cabo por el equipo de Julien Riel-Salvatore, de la Universidad de Colorado, y Claudine Gravel-Miguel, de la Universidad Estatal de Arizona, revela algunas intrigantes variaciones en los ritos funerarios humanos de hace entre 10.000 y 35.000 años, y hace preguntarse el motivo de tanta variabilidad.

La inspección detallada de 85 sepulcros del período Paleolítico Superior revela algunas cosas inquietantes. Por ejemplo, que los hombres fueron enterrados más a menudo que las mujeres. Sólo esporádicamente se enterraba a niños pequeños, aunque en este caso ello quizá pudo deberse simplemente a que en las condiciones del entorno era más probable que los niños vivieran lo suficiente para morir siendo ya adultos.
Algunas de las sepulturas, de cerca de 30.000 años de antigüedad, en Rusia, Italia y la República Checa, contaron con una notable ornamentación, pero la inmensa mayoría era de una gran simpleza y tosquedad. Eso, por tanto, convierte a las sepulturas ornamentadas en anomalías, no representativas de las prácticas de enterramiento de los Homo sapiens antiguos en Eurasia.
La mayoría de las sepulturas eran bastante simples e incluían fundamentalmente artefactos de la vida cotidiana, en oposición a la corriente de acompañar los restos mortales con ornamentos especiales y objetos más artísticos que prácticos. En ese aspecto, muchas de las sepulturas del Homo Sapiens fueron semejantes a las tumbas de los neandertales. Tanto los Homo Sapiens tempranos como los neandertales colocaban los cuerpos de sus difuntos en fosas, acompañados con artefactos domésticos. Durante el Paleolítico Superior esto incluía ornamentos usados habitualmente por el difunto mientras estaba vivo. En los sepulcros en los que están presentes, los ornamentos, de piedra, así como de conchas y de dientes de animales, se encuentran colocados en las cabezas y torsos de los cadáveres, en vez de, por ejemplo, en las piernas, lo que muy probablemente coincide con cómo tales ornamentos se usaban en vida.
Algunos investigadores se han valido de los ritos de enterramiento para diferenciar entre humanos anatómicamente modernos y neandertales. Pero otros expertos, como el antropólogo Julien Riel-Salvatore, de la Universidad de Colorado, están desafiando a la ortodoxia de que las sepulturas de los humanos anatómicamente modernos necesariamente eran más sofisticadas que las de los neandertales.
Muchos científicos creen que la capacidad del pensamiento simbólico, y la conducta asociada al mismo, son lo que separa a los humanos anatómicamente modernos de los neandertales, que desaparecieron hace aproximadamente 35.000 años.
Los ritos fúnebres sofisticados se consideran una expresión del pensamiento abstracto, impropia de los neandertales. Pero a medida que se hacen nuevos descubrimientos en esta línea de investigación, Riel-Salvatore y otros especialistas están encontrando evidencias de que los neandertales muy a menudo realizaban prácticas consideradas características de los humanos anatómicamente modernos.
Riel-Salvatore es un experto en los primeros humanos anatómicamente modernos, y en los neandertales. En su estudio anterior, propuso que, contrariamente a la creencia popular, los primeros humanos anatómicamente modernos no eliminaron a los neandertales sino que tuvieron descendencia conjunta con ellos, con el resultado final de una absorción genética del linaje neandertal por el linaje de los humanos anatómicamente modernos. Otro de sus estudios ha demostrado que los neandertales en el sur de Italia adaptaron, innovaron y crearon tecnología antes de su contacto con el ser humano anatómicamente moderno, algo que durante mucho tiempo fue considerado muy poco probable e incluso imposible en opinión de algunos.
(Foto: José Manuel Benito Álvarez)

Información adicional:


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Fewer women than men buried
2/21/2013
Early human burial practices varied widely

fuente: http://www.ucdenver.edu/about/newsroom/newsreleases/Pages/early-human-burials.aspx

By David Kelly | University Communications

DENVER - A new study from the University of Colorado Denver shows that the earliest human burial practices in Eurasia varied widely, with some graves lavish and ornate while the vast majority were fairly simple.
“We don’t know why some of these burials were so ornate, but what’s striking is that they postdate the arrival of modern humans in Eurasia by almost 10,000 years,” said Julien Riel-Salvatore, Ph.D., assistant professor of anthropology at CU Denver and lead author of the study.  “When they appear around 30,000 years ago some are lavish but many aren’t and over time the most elaborate ones almost disappear. So, the behavior of humans does not always go from simple to complex; it often waxes and wanes in terms of its complexity depending on the conditions people live under.”
The study, which examined 85 burials from the Upper Paleolithic period, found that men were buried more often than women.  Infants were buried only sporadically, if at all in later periods, a difference that could be related to changes in subsistence, climate and the ability to keep babies alive, Riel-Salvatore said.
It also showed that a few ornate burials in Russia, Italy and the Czech Republic dating back nearly 30,000 years are anomalies, and not representative of the earliest Homo sapiens burial practices in Eurasia.
“The problem is that these burials are so rare – there’s just over three per thousand years for all of Eurasia – that it’s difficult to draw clear conclusions about what they meant to their societies,” said Riel-Salvatore.
In fact, the majority of the burials were fairly plain and included mostly items of daily life as opposed to ornate burial goods. In that way, many were similar to Neanderthal graves.
Both early humans and Neanderthals put bodies into pits sometimes with household items. During the Upper Paleolithic, this included ornaments worn by the deceased while they were alive. When present, ornaments of stone, teeth and shells are often found on the heads and torsos of the dead rather than the lower body, consistent with how they were likely worn in life.
“Some researchers have used burial practices to separate modern humans from Neanderthals,” said Riel-Salvatore. “But we are challenging the orthodoxy that all modern human burials were necessarily more sophisticated than those of Neanderthals.”
Many scientists believe that the capacity for symbolic behavior separates humans from Neanderthals, who disappeared about 35,000 years ago.
“It’s thought to be an expression of abstract thinking,” Riel-Salvatore said. “But as research progresses we are finding evidence that Neanderthals engaged in practices generally considered characteristic of modern humans.”
Riel-Salvatore is an expert on early modern humans and Neanderthals. His last study proposed that, contrary to popular belief, early humans didn’t wipe out Neanderthals but interbred with them, swamping them genetically. Another of his studies demonstrated that Neanderthals in southern Italy adapted, innovated and created technology before contact with modern humans, something previously considered unlikely.
This latest study, “Upper Paleolithic mortuary practices in Eurasia: A critical look at the burial record” co-authored with Claudine Gravel-Miguel (Arizona State University), will be published in The Oxford Handbook of the Archaeology of Death and Burial in April. The book reveals intriguing variation in early human burial customs between 10,000 and 35,000 years ago. And this study raises the question of why there was so much variability in early human burial practices.
“There seems to be little rhyme or reason to it,” Riel-Salvatore said. “The main point here is that we need to be careful of using exceptional examples of ornate burials to characterize Upper Paleolithic burial practices as a whole.”

Photo: Man in an Upper Paleolithic burial in Sunghir, Russia. The site is approximately 28,000 to 30,000 years old.

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