Encuestas Por Gabriel Sued para LA NACION

Sábado 04 de abril de 2015 | Publicado en edición impresa
A fondo

Encuestas bajo la lupa: claves para entender qué hay detrás de los sondeos


Cómo se elaboran, cuánto influyen sobre el electorado, cuál es su costo, cómo deben leerse los resultados; éstos son algunos de los interrogantes que se reeditan antes de cada proceso electoral
Por Gabriel Sued  | LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/1781477-encuestas-bajo-la-lupa-claves-para-entender-que-hay-detras-de-los-sondeos

Buenas tardes, mi nombre es Ruth. Estoy haciendo una encuesta sobre la situación general del país. Quería saber si tenía unos minutos para responder.
Ehhh, ¿una encuesta? Bueno.
Del otro lado del teléfono se oye una voz de abuelo.
¿Qué edad tiene?
¿Qué edad tengo? Un montón. Ya no me acuerdo.
Necesito que me precise su edad, por favor.
Bueno. Poné 70.

La llamada proviene de uno de los 28 puestos de las oficinas de una de las principales consultoras de nuestro país. El que contesta es Antonio, un jubilado con domicilio en la Capital. No es peronista, nunca viajó en avión y mira todos los partidos de fútbol que puede por TV. La charla, de casi 20 minutos, es el eslabón inicial de una cadena larga e intrincada. Es la cocina de una herramienta científica que, como en la previa de cada elección presidencial, en los últimos meses ganó el centro de la escena política y se convirtió en un insumo imprescindible para los actores protagónicos de la disputa por el poder. Es el primer paso de las encuestas de intención de voto.

¿Cómo se hacen? ¿Quién las paga? ¿Cuál es su capacidad de predicción? ¿En cuánto influyen sobre los votantes? ¿Son creíbles o un instrumento de manipulación? Son algunas de las preguntas que quedan en el aire tras la lectura de las cifras, que se publican cada vez con más frecuencia, sólo a la saga del pronóstico del tiempo y la cotización del dólar.

Las respuestas difieren según quien las formule. Una inmersión en el micromundo de los estudios de opinión pública permite, eso sí, despejar algunas incógnitas y dar con algunas claves para no morir en la guerra de las encuestas.


CÓMO INFLUYEN

La mayoría de los siete especialistas consultados para esta nota coincide en que las encuestas no influyen de manera directa sobre el comportamiento de los votantes. "Está requeteprobado", enfatiza el sociólogo Gerardo Adrogué, titular de la consultora Knack. Pero eso no quiere decir que no incidan en el proceso electoral. Coinciden en que en la etapa previa a las campañas electorales tienen un impacto decisivo en la batalla que se da al interior del sistema político. En forma indirecta, reconocen, eso termina influyendo en el cuarto oscuro.

El efecto de las encuestas impacta en cuatro niveles. "El primero es el de los militantes: si un candidato retrocede en la intención de voto se genera desánimo en sus militantes, que probablemente van a dedicar menos tiempo a la campaña", explica el encuestador y analista político Alejandro Catterberg, director de Poliarquía.

El efecto de las encuestas impacta en cuatro niveles: militantes, candidatos, empresarios que donan a la recuadación de candidatos y los medios
El segundo ámbito es el de la dirigencia política: los candidatos mejor ubicados tienen más posibilidades de conseguir aliados y cuentan con más poder a la hora de negociar respaldos. Los estudios impactan sobre la capacidad de recaudación de los postulantes. Los empresarios suelen querer congraciarse con quien está más cerca de llegar a la Presidencia.

Un último ámbito sobre el que impactan son los medios: las campañas de los candidatos con mayor intención de voto reciben mayor cobertura mediática. A los que ocupan los últimos puestos se les complica volverse visibles para el electorado.

"Lejos del proceso electoral las encuestas se transformaron en un dispositivo publicitario, porque no tiene forma de validación empírica. No hay manera de saber hoy si Macri, Scioli y Massa están como las encuestas dicen -sostiene Martín Romeo, director de la consultora Es Viral y docente de Técnicas de la Investigación en Opinión Pública-. Más cerca de las elecciones, en cambio, se pone en juego la credibilidad de las consultoras."

CÓMO SE HACEN Y SU COSTO

Las principales metodologías para hacer encuestas de intención de voto se pueden dividir en dos grupos: presenciales y telefónicas. Entre las presenciales están las domiciliarias, aquellas en las que el encuestador hace la consulta en la casa del encuestado, y las coincidentales, elaboradas a partir de entrevistas que se hacen en la calle, por ejemplo, a la salida de un supermercado.

Las principales metodologías para hacer encuestas de intención de voto se pueden dividir en dos grupos: presenciales y telefónicas
Las encuestas telefónicas pueden estar hechas por un encuestador que formula las preguntas y toma nota de las respuestas o por una computadora que invita a digitar las teclas del teléfono de acuerdo con la opción elegida. Conocido como IVR (interactive voice response), este último método se hizo cada vez más frecuente en los últimos años por su bajo costo. Una encuesta de este tipo, con más de mil casos en todo el país, cuesta entre $ 25.000 y $ 50.000. Las telefónicas del mismo tamaño cotizan entre $ 100.000 y $ 150.000, mientras que las domiciliarias salen alrededor de $ 400.000.

Otra cuestión metodológica clave es el tamaño y la composición de la muestra, esto es, la selección de los casos que nos van a permitir dar cuenta del universo analizado. La muestra debe respetar las cuotas de sexo y edad, los distintos niveles socioeconómicos y la distribución geográfica. En la Argentina, el mínimo de una encuesta nacional no debería bajar de los mil casos, coinciden los expertos.

Todas las encuestas tienen un margen de error y un nivel de confianza. Por ejemplo, si un candidato tiene el 25% de intención de voto en una encuesta con un margen de error del 3% y un nivel de confianza del 95%, quiere decir que la intención de voto del candidato está un rango que va del 22% al 28%. El nivel de confianza indica que si repitiéramos la misma encuesta 100 veces, el resultado sería igual en 95 casos. En los otros cinco casos, en cambio, daría un resultado distinto, incluso por fuera del rango que determina el margen de error.

PRINCIPALES SESGOS

 Las encuestas personales permiten llegar a una mayor variedad de sectores sociales. Foto: Fabián Marelli y Fernando Massobrio
La opinión mayoritaria es que las encuestas domiciliarias son las más confiables. "Por las características del electorado argentino, el IVR favorece a los grupos más radicalizados. Sólo el 10% acepta responder esas consultas hasta el final. Es gente más politizada, con posiciones muy definidas, los antikirchneristas más radicalizados y los kirchneristas más duros. Eso puede beneficiar a candidatos como Macri o Randazzo y perjudicar a un candidato como Massa, que tiene más votos entre el ciudadano promedio, que no está tan politizado y que en general no responde esas encuestas hasta el final", sostiene el gurú peruano Sergio Bendixen, principal asesor de opinión pública del jefe del Frente Renovador, claro perdedor en la guerra de encuestas.

La opinión mayoritaria es que las encuestas domiciliarias son las más confiables
Shila Vilker, docente del Seminario de Opinión Pública de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y directora de la Consultora Tres Punto Cero, pone la lupa sobre las encuestas telefónicas. "Los sectores más bajos y los jóvenes no tienen teléfono fijo, por lo que están subrepresentados", argumenta.

Pero el método no es el único dato para tener en cuenta, advierte Carlos De Ángelis, director del Centro de Opinión Pública y Estudios Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA: "Si en un país como el nuestro las encuestas no se hacen en ciudades de menos de 50.000 habitantes no son del todo representativas, porque terminan siendo encuestas de grandes y medianos centros urbanos, pero se deja afuera la opinión de las ciudades más chicas".

* * *

¿Aprueba o desaprueba la gestión de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires?

Equipada con un auricular y un micrófono, Ruth habla muy rápido. Van diez minutos de encuesta y Antonio muestra signos de agotamiento.

Y? depende en qué tema. ¿Tiene que ser blanco o negro? En inseguridad es bastante flojito.

Necesito que me diga si aprueba o desaprueba.

Entonces apruebo. Che, ¿es muy larga esta encuesta?

Ya queda menos. ¿A quién le gustaría votar en las próximas elecciones presidenciales?

¿Puedo elegir a cualquiera? A mí me gusta Carlos Heller.

* * *

CÓMO LEER LOS RESULTADOS

Otro tema que suele generar confusión es la forma en que se publican las encuestas en los medios y la manera en que se interpretan los resultados. Hay coincidencia en que los estudios deben ser publicados junto con su ficha técnica completa. Entre otros datos, deben figurar la empresa que hizo la encuesta, el cliente, el universo representado en la muestra y la cobertura geográfica, el diseño muestral, el tamaño de la muestra y el margen de error, la metodología aplicada, la formulación exacta de las preguntas y la fecha de realización del trabajo de campo.

El error más común en la interpretación de las cifras es no tener en cuenta el margen de error y presentar los resultados como si se tratara de una carrera de caballos: se anuncia quién encabeza las preferencias, quién va segundo, quién sube y quién baja. "Si el candidato A tiene el 25%, el candidato B el 20% y el margen de error es de +/-3%, es un error afirmar que el candidato A supera al candidato B. En ese caso lo que hay que decir es que la encuesta no nos permite saber quién tiene más intención de voto", explica Adrogué.

Atendiendo a esta cuestión, la Asociación Mundial de Estudios de Opinión Pública (Wapor, por su sigla en inglés) elaboró una serie de pautas para la difusión de encuestas, entre las que se recomienda no usar decimales en la publicación de los resultados, porque genera una ilusión de un nivel de precisión que las encuestas no tienen.

Romeo advierte que los errores en la forma de publicación de las encuestas pueden terminar perjudicando a las consultoras y señala a la prensa. "Si las encuestas dicen que gana Larreta por tres o cuatro puntos y termina ganando Michetti, no se puede decir que se hayan equivocado. Pero la lectura más fácil siempre es que hubo una manipulación para confundir a la sociedad", explica, y agrega: "Cuando la publicación de los datos es incompleta refuerza la idea de que los pronósticos suelen estar equivocados, al margen de que muchas veces sí lo están".

DIME QUIÉN TE PAGA Y TE DIRÉ QUIÉN GANA

El dato que suele faltar en las encuestas es quién las pagó. Para sumar suspicacias es habitual que cuando una consultora trabaja para un candidato determinado, sus encuestas lo favorezcan. ¿Los políticos pagan para manipular las cifras? En off the record algunos lo reconocen. "Yo falopeé una encuesta una vez y esa semana me llamaron todos los de mi partido. El problema es que la semana siguiente el que truchó una encuesta fue mi rival", cuenta un dirigente bonaerense que supo tener peso nacional.

Para evitar manipulación política, la ley electoral prohibió en 2009 la publicación de sondeos ocho días antes de los comicios
Los consultores reconocen que existen profesionales deshonestos, como en todos los ámbitos, piden evitar las generalizaciones y aportan datos para entender mejor el negocio. "No es verdad que las encuestas siempre les dan bien al que las paga. En realidad, es al revés: los políticos sólo difunden las encuestas que les dan bien. Las que les dan mal nunca llegan a conocerse en público", explica Mariel Fornoni, directora de Management & Fit. "Nosotros somos independientes y no vivimos de las encuestas. Vendemos servicios a empresas, como charlas y newsletters", aclara. Catterberg cree que parte de la responsabilidad por el estado de sospecha es de la forma en que los medios publican los estudios. "En los países donde el tema está más avanzado, los medios se hacen responsables de los datos que publican", dice.

Para evitar manipulación política, la ley electoral prohibió en 2009 la publicación de sondeos ocho días antes de los comicios y estipuló que, un mes antes de la votación, las consultoras debían blanquear si la encuesta había sido encargada por alguno de los candidatos. Pero el registro de encuestas cumplió su objetivo de manera muy acotada. De los 51 sondeos declarados antes de las elecciones de 2013, más del 60% no fue realizado para ningún partido, sino por cuenta y cargo de las propias consultoras. Para colmo, esa información no figura en el sitio de la Cámara Nacional Electoral, tal como está previsto en la ley, sino que es parte de un anexo que, si bien es de acceso público, el tribunal decidió no publicar, por pedido de las empresas.

* * *

¿Compró algún electrodoméstico en el último mes? (A toda velocidad, Ruth llega a la última página del cuestionario).

No, nada -responde Antonio, ya más relajado. Al final, toma la iniciativa y propone un intercambio de roles.

¿Me dejás hacerte una pregunta a vos? ¿Vos a quién vas a votar?

-(Ruth se ríe.) No se lo puedo decir. Buenas tardes..

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