Sarmiento negó la epidemia y luego huyó de Buenos Aires.

 Unas breves muestras de lo ocurrido en la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires en los años 1870 y 1871 que provocaron cambios drásticos en la ciudad. No podemos desconocer que por entonces la comunicacion y la información circulaban a otro ritmo pero no se puede dejar de observar que hubo quienes desde la ciencia tuvieron la lucidez para advertir el peligro que la política desoyó. Estos tres párrafos son apenas una breve reseña de las decisiones del por entonces presidente Sarmiento.
Ixx, abr21



De Obra de Juan Manuel Blanes (1830-1901) - Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3813733

El fantasma de la fiebre amarilla recorría Río de Janeiro y, últimamente, Paraguay, país que había quedado hundido en la pobreza y el hambre después de la guerra de la Triple Alianza. Así las cosas, los primeros casos nacionales de fiebre amarilla se detectaron en Corrientes, donde hasta hacía poco habían circulado soldados tanto brasileños como paraguayos. Los tres primeros casos en Buenos Aires aparecieron en el barrio de San Telmo el 27 de enero de 1871, y no se les dio gran importancia ni mucho menos difusión. El 1º de febrero se confirmó que se trataba de fiebre amarilla, el 4 del mismo mes se aisló el barrio de San Telmo. El 7 de febrero, Buenos Aires fue declarado puerto infectado. Desde entonces, todo fue cuesta abajo. Marzo fue una pesadilla: los muertos eran más de 150 diarios, a veces 200, en una ciudad que contaba con 188.000 habitantes, de los cuales la mitad eran inmigrantes.

Desde principios del año 1870 se había tenido noticias en Buenos Aires de un recrudecimiento de la fiebre amarilla en Río de Janeiro. En el mes de febrero —y nuevamente en marzo— se logró evitar el desembarco de pasajeros infectados que llegaron en dos vapores desde esa ciudad. No obstante, el presidente Sarmiento vetó el proyecto de extender la cuarentena a todos los buques procedentes de esa ciudad y en una oportunidad ordenó autorizar el desembarco de los pasajeros de dos buques provenientes de Río de Janeiro y la prisión del médico del puerto de Buenos Aires por haberlo impedido.

La pandemia de Sarmiento y la Fiebre Amarilla de 1871. La expansión fue tan grande que hubo que crear un nuevo cementerio, el de Chacarita, inaugurado el 14 de abril.
Uno de los afectados fue Bartolomé Mitre. Tanto el como su hijo Bartolo la padecieron. Por su parte, el presidente de la República, en ese momento Domingo Faustino Sarmiento, tomó una decisión drástica para que el colapso no generara un caos institucional.
Se trasladó junto a su gabinete y al Vicepresidente Adolfo Alsina, a Mercedes, en ese entonces parte del interior profundo de la Provincia de Buenos Aires.
«El presidente huyendo». Como todo titular, no fue inocente ni objetivo en absoluto dado que la posición del periódico, propiedad de los Mitre, era férreo opositor al gobierno de Sarmiento.
«¿Es posible que haya tanto desprecio por este este pueblo noble e ilustrado. Que lo veamos huir repantigado y lleno de comodidades en un tren oficial, en vez de subir a un carruaje, para recorrer el hogar del dolor, a visitar los hospitales y lazaretos, dando ejemplo de un valor cívico que estimularía y levantaría el espíritu público», destacaría la publicación del 21 de marzo de La Nación.
Luego de las críticas, reproducidas por parte de la población Sarmiento volvió a Buenos Aires pero no participó en las comisiones de combate de la epidemia.
El total de muertos ascendió a 14.000 personas.





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